Durante el verano las enfermedades infecciosas de carácter urinario son más frecuentes que el resto del año. En principio se debe a las altas temperaturas que favorecen la proliferación de la bacteria que las produce (Escherichia coli); además de otras causas tales como las malas prácticas al acudir a piscinas públicas.
Sin embargo, un factor de riesgo que no se debe pasar por alto es la falta de hidratación, ya que tiene un papel importante a la hora de prevenir la cistitis. Diversos estudios han confirmado que la deshidratación es uno de los principales desencadenantes de este tipo de enfermedades, que pueden derivar en problemas renales más severos. La mayor parte de pacientes estudiados con cistitis suelen presentar deshidratación.
Para mantener el organismo libre de toxinas, el consumo de agua recomendado es entre 2 y 3 litros al día. También se debe recordar que beber agua es la mejor forma para evitar la deshidratación; en ningún caso con la ingesta de refrescos azucarados o bebidas alcohólicas.
Por otra parte, consumir agua en abundancia mantiene en buen estado todo el sistema renal. Para quienes les cuesta llegar a beber la cantidad diaria recomendada, esta se puede complementar con la toma de infusiones.
