Cómo evitar la cistitis en playas y piscinas

Cómo evitar la cistitis en playas y piscinas
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La cistitis es la segunda infección más prevalente entre las mujeres españolas y, al menos, una de cada cuatro mujeres ha sufrido cistitis una o más veces durante el último año. El verano es la época del año en la que más frecuentes son los episodios de infecciones urinarias de repetición como la cistitis, según una revisión de estudios publicada en Plos One.

Durante el verano, los cambios de temperaturas entre el agua de baño y el exterior suele provocar enfriamientos bruscos del cuerpo, generalmente del vientre y de la zona vaginal, hábitat natural y ocasional de la bacteria Escherichia coli (E.coli), principal causante de las infecciones urinarias de repetición o cistitis. Por otro lado, mantener húmedas las prendas de baño, cuando se está fuera del agua, favorece el crecimiento y proliferación de microorganismos y bacterias.

Los episodios de cistitis, como otras patologías, presentan diferentes estadios de gravedad. Aquellos leves suelen curarse de forma espontánea, aunque están recomendados los tratamientos de la cistitis con antibióticos. Sin embargo, el abuso de este tipo de fármacos contribuye a aumentar la resistencia de las bacterias responsables de la infección, que terminan por ser inmunes al efecto de éstos.

El tratamiento preventivo con arándano rojo americano, además de estar exento de efectos secundarios, es eficaz a la hora de prevenir las infecciones urinarias de repetición, como la cistitis, por su alto contenido en proantocianidinas (PAC), un grupo de compuestos polifenólicos, que inhiben la adherencia de la bacteria E.coli a las paredes de la vejiga.

No obstante, junto al tratamiento preventivo de la cistitis con arándano rojo americano, mantener unos hábitos de higene adecuados durante el verano evita la proliferación de bacterias y, por consiguiente, de infecciones urinarias.

Diez consejos para prevenir la cistitis y las infecciones urinarias en verano

1. Beba, como mínimo, 1,5 litros de líquido al día

Introducir en el cuerpo un alto volumen de líquidos favorece la limpieza -frecuente- de las vías urinarias, hábitat de las bacterias que provocan la aparición de infecciones urinarias de repetición, colaborando en su eliminación.

2. Orine con frecuencia para limpiar las vías urinarias

Las bacterias proliferan más entre la orina de la vejiga. La mejor manera de eliminar a estos microorganismos, tal y como explica el doctor José Luis Neyro, ginecólogo del Hospital Universitario de Cruces (Barakaldo, Vizcaya), es mediante su expulsión durante la micción, a través de la orina. Por ello, es recomendable que los pacientes aquejados de cistitis acudan al baño cada dos o tres horas.

3. Combata el estreñimiento y extreme la higiene del aparato excretor

Con el objetivo de evitar que los gérmenes ubicados en en las proximidades del ano puedan colonizar el aparato urinario. La deficiente higienización del recto -una vez finalizada la defecación- puede conllevar el traspaso de gérmenes desde el recto hasta las zonas vaginal y vesical, propiciando la colonización bacteriana de la vagina, la uretra y, por último, la vejiga.

4. Use jabones neutros en la higiene íntima

Debe cuidarse la higiene y no se debe abusar de los jabones perfumados, menos específicos para esa zona tan sensible. Si se quiere indicir en una limpieza más exhaustiva de la zona a tratar, lo más indicado -según el consejo del Doctor José Luis Neyro- es emplear un jabón ácido “que ayudará a mantener el pH vaginal, dificultando la aparición de nuevos episodios de infección urinaria o cistitis”.

5. Vaya al baño antes y después de mantener relaciones sexuales

La actividad sexual incrementa el riesgo de desarrollar cistitis -hasta cuarenta veces- y posibilita que ciertos microrganismos y bacterias queden alojados en las proximidades de la uretra y del sistema reproductor femenino. Por ello, es importante orinar una vez finalizado el acto sexual.

6. Para evitar la cistitis, mejor una ducha que el baño

A la hora de la higiene diaria, la mejor opción es ducharse en lugar de darse un baño o utilizar el bidé. El movimiento del agua evita la acumulación de bacterias, situación que sí puede darse en una bañera donde el agua se encuentra estancada.

7. No permanecezca con el bañador húmedo

La humedad contenida en las prendas de baño en piscinas y playas o el cambio de temperaturas que se da entre el agua y el exterior, pueden producir enfriamientos bruscos del vientre y zona vaginal.

8. Utilice ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas

Las prendas demasiado estrechas o fabricadas con materiales sintéticos impiden la transpiración y, por tanto, la proliferación de microbios y microorganismos en las zonas más húmedas.

9. Reconsidere el uso del diafragma y tampones

Dispositivos como el diafragma pueden presionar la uretra y dificultar el vaciado completo de la vejiga durante la micción, un hecho que contribuye a la proliferación de bacterias -como la Escherichia coli (E. coli)y que impide su expulsión. Así mismo, los tampones no son aconsejables si las infecciones urinarias aparecen en el periodo premenstrual, pues favorecen la humedad e impiden la correcta expulsión de las bacterias, favoreciendo su colonización.

10. Consuma arándano rojo americano, rico en proantocianidinas, a diario

El arándano rojo americano contiene proantocianidinas (PAC), tipo A2, una sustancia que previene la colonización de las bacterias ‘E. Coli’ en la vejiga, evitando que el antígeno flagelar H de las bacterias Escherichia Coli (E.coli) –causantes de más del 70% de los casos de cistitis de repetición- logre adherirse a las paredes de la vejiga, formando pequeños cúmulos de bacterias imposibles de evitar mediante la orina. Se debe consultar al farmacéutico al respecto.

Información para pacientes:

comsalud

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