Cómo mantener sana la flora vaginal para prevenir la cistitis

Cómo mantener sana la flora vaginal para prevenir la cistitis
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La flora vaginal constituye una barrera importante frente a la entrada de patógenos en el organismo, por lo que, una alteración de la misma puede dejar la zona desprotegida y favorecer el paso de bacterias, como la Escherichia coli (E. coli), al tracto urinario. Es por eso que uno de los consejos para prevenir la cistitis es mantener en buen estado la flora vaginal.

La bacteria E. coli, causante de casi el 80% de los casos de cistitis, habita de forma natural en el intestino humano y también en la zona perineal y perianal de mujeres y hombres. Por ello, es fácil que dada la cercanía anatómica, esta bacteria pase con facilidad al tracto urinario, colonice las paredes de la vejiga y cause infección. Entre los factores que pueden favorecer ese paso de microorganismos patógenos a la uretra se encuentran la contaminación fecal por mala higiene o las relaciones sexuales.

En la flora vaginal sana se pueden encontrar 15 tipos diferentes de bacterias, donde la más predominante es el Lactobacillus acidophilus, que produce ácido láctico, ayudando a mantener el pH vaginal. De esta manera, crea una barrera protectora frente al crecimiento de gérmenes procedentes del recto, incluida la E. coli.

La microbiota vaginal protege la mucosa de la agresión de microorganismos patógenos de tres formas diferentes. Por un lado, impide la adherencia específica al epitelio mediante el bloqueo de sus receptores por mecanismos de exclusión o desplazamiento. En segundo lugar, las bacterias que componen la flora vaginal se coagregan con los patógenos, potenciando su efecto microbiocida. Y por último, debido a esa agregación, se producen unos compuestos antimicrobianos, como son el ácido láctico o las bacteriocinas.

Sin embargo, la menopausia, la regla o la toma de tratamientos antibióticos pueden alterar la microbiota vaginal y sus funciones protectoras, lo que puede favorecer la colonización de bacterias uropatógenas que producen infecciones urinarias recurrentes.

Alteraciones en la flora vaginal en la menstruación, el embarazo o la menopausia

En fases de la vida de la mujer como la menstruación, el embarazo o la menopausia la flora vaginal varía su composición.

Flora vaginal en la menstruación

Durante la regla el pH vaginal cambia y el efecto de arrastre del flujo altera la microbiota vaginal.

Flora vaginal en el embarazo

Por su parte, las mujeres embarazadas experimentan un aumento del pH de la orina, una alteración hormonal y una reducción de la actividad del sistema inmune que influye en la capacidad protectora de la mucosa de la vagina.

Flora vaginal en la menopausia

Finalmente, durante la menopausia el déficit de estrógenos reduce la producción de los Lactobacillus haciendo que la vagina sea más vulnerable a la infección por parte de agentes patógenos.

Las alteraciones que se producen en estas etapas de la vida de la mujer a nivel de microbiota vaginal pueden favorecer la acción de bacterias causantes de infecciones.

Qué hacer para evitar la alteración de la flora vaginal

Para prevenir la alteración de la flora vaginal o aumentar los efectos sobre su capacidad protectora se pueden seguir una serie de consejos entre los que se encuentran:

Limpiar de forma correcta la zona genital

Una de las recomendaciones recogidas en la guía de Actualización de la Infección Urinaria en Urología de la Asociación Española de Urología (AEU) para mantener estable la flora vaginal es lavar la parte exterior de los genitales femeninos y la zona perianal con un jabón adecuado sin perfumes y con pH ácido.

Es importante limpiarse de delante hacia atrás para evitar arrastrar las bacterias hacia la zona vaginal. También se debería considerar limitar el uso de ciertas cremas o lubricantes que pueden alterar la composición de la microbiota vaginal.

Administración de estrógenos durante la menopausia

El uso de estrógenos durante la menopausia puede ayudar a reponer la flora vaginal alterada ya que estimulan la proliferación de Lactobacillus en el epitelio vaginal. Además, contribuyen a reducir el pH y ayudan a prevenir la colonización de uropatógenos en la zona vaginal. Esta pauta siempre debe ser recomendada por un profesional sanitario.

Vestir ropa holgada

Evitar en la medida de lo posible el uso de ropa ajustada y de tejidos sintéticos ya que no dejan transpirar de forma adecuada y aumentan la temperatura y humedad de la zona perineal, lo que favorece la proliferación de microorganismos.

Realizar cambios de tampón frecuentes durante la regla

Es importante no permanecer demasiado tiempo con los tampones durante la regla para evitar que la zona vaginal se reseque, quede vulnerable y se altere su flora.

Mantener la flora vaginal estable es una de las medidas higiénicas recomendadas para prevenir el desarrollo de infecciones urinarias como la cistitis. Otros consejos son seguir una dieta equilibrada baja en grasas y rica en alimentos ácidos, tener una abundante hidratación con la ingesta diaria de dos litros de líquidos u orinar antes y después de las relaciones sexuales.

Además, puede resultar útil el empleo de extracto de arándano rojo americano o cranberry que ayuda a prevenir las infecciones urinarias de este tipo gracias a que las proantocianidinas (PAC) que lo componen impiden la adhesión de la bacterias causante, la E. coli, a las paredes del tracto urinario.

comsalud

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